líquen, carla santángelo lázaro

Para nombrar y cuidar la memoria, en Liquen la poesía es una interpelación: ¿viste el mar?
La generosidad de esta escritura es un faro que guía el curso de una infancia a la que podemos volver para recordar lo importante. Como una declaración o un deseo: que la poesía sea esto, hablar de lo mismo para darle borde al mundo propio que es un paisaje mayor. Un linaje de mujeres que permanece y por eso está a salvo. La materia del mundo puede tocarse, ser memoria viva. Lo que el mar se lleva, en algún lugar, lo devuelve.
Como pequeñas inauguraciones de la mirada, cada poema hace nacer al pájaro, a la casa, a la playa, a la abuela, la madre y sus hijas, en un entramado que no termina nunca. La belleza de ganar, en el poema, una certeza que en la vida no se tiene, pero se intuye. Como decía Idea Vilariño, por allá estará el mar.  

Natalia Romero

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