| 2 cuotas de $16.250 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $32.500 |
| 3 cuotas de $10.833,33 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $32.500 |
| 1 cuota de $32.500 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $32.500 |
| 2 cuotas de $16.250 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $32.500 |
| 3 cuotas de $13.985,83 | Total $41.957,50 | |
| 6 cuotas de $7.954,92 | Total $47.729,50 | |
| 9 cuotas de $5.924,39 | Total $53.319,50 | |
| 12 cuotas de $4.936,75 | Total $59.241 | |
| 24 cuotas de $3.812,11 | Total $91.490,75 |
| 3 cuotas de $13.992,33 | Total $41.977 | |
| 6 cuotas de $7.681,38 | Total $46.088,25 | |
| 9 cuotas de $5.747,81 | Total $51.730,25 | |
| 12 cuotas de $4.707,35 | Total $56.488,25 |
| 3 cuotas de $14.491,75 | Total $43.475,25 | |
| 6 cuotas de $8.604,38 | Total $51.626,25 |
| 18 cuotas de $4.144,47 | Total $74.600,50 |
| 1 cuota de $32.500 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $32.500 |
Para las ciencias humanas, los mundos campesinos son algo remoto. A pesar de que cada día se vuelve más y más evidente que la vida en la Tierra depende, precisamente, de lo que suceda “en la tierra”, se sigue situando esos mundos en el pasado y en un afuera del pensamiento, una terra incognita. Paradójicamente, la vida campesina es “pensada” por cientistas que no trabajan los suelos, pues, según parece, esa vida no puede “pensarse a sí misma”, desde las prácticas conjuntas y las voces humanas y vegetales que habitan los campos.
Esta exclusión, necesaria para conservar el paradigma de la Economía y la Producción, viene de lejos: fisiócratas, liberales y marxistas han discriminado ontológicamente a las plantas a lo largo de la historia, habilitando una distancia que permitió explotarlas mejor.
Este libro se propone rastrear y combatir esa distancia. Pero para ello hace falta “animar” el mundo agrario, atender al hecho de que las plantas son seres sensibles e inteligentes y, por qué no, intuitivos. Desarmando sus propias persistencias teóricas, y entregándose a lo que llama una “etnografía especulativa”, Dusan Kazic descubre que los campesinos y las campesinas animan a las plantas desde siempre, que existe una ecología afectiva que los hace trabajar en conjunto, y que de ese modo emerge un mundo generativo más que productivo, cooperante más que extractivo.
Así, a través de los gestos de recolectar, trasplantar o desmalezar, y de historias contadas por quienes conviven con las plantas, se vislumbra un mundo no idealizado donde hay lugar para amarlas o maldecirlas, comerlas sin por ello retirarles el afecto, cuidarlas y ser cuidados por ellas, disculparse ante el descuido o la fatalidad, abandonarlas y regresar a ellas, sufrir y gozar por y con ellas, vivir y morir junto a ellas. Y seguir fabulando posibles inseparados.
