Bildungsroman, Marcelo Daniel Díaz

$7.500

Las cadenas de producción, la industria nacional, el mundo del trabajo, la velocidad, la tecnología, todo lo que amaron los futuristas, devenido ahora vintage, constituye un territorio poco visitado por la poesía argentina. A ese territorio recurre Marcelo Díaz (en la búsqueda de un centro del universo y de la subjetividad, tal como lo advierte el epígrafe de Herzog) en este nuevo libro que leemos como el camino de formación –de aprendizaje- de un hombre. Como un Kaspar solo de toda soledad, ese hombre que Díaz nos hace ver, va en busca de algo parecido al amor (tu padre el mío tus padres los míos/todos en la misma cadena de producción, dice en uno de los poemas; si el corazón no fuera este auricular negro, dice en otro). La velocidad, la técnica, la ciencia entran en tensión con la lírica, hacen estallar el poema, duplicando los pliegues de la pérdida; así las escenificaciones fabriles o cinematográficas funcionan como motores entrópicos para las peripecias familiares, la angustia, la búsqueda de un otro. Mejor sería que no existan animales/que no conocen la compasión, dice en El Jabalí. Mejor háblame de cómo todo poema/termina siendo una canción de amor, dice en La formación de la lírica. ¿Fue Pedroni quien pensaba que la gloria es un verso recordado? Hay más de un poema inolvidable en este libro. María Teresa Andruetto

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