sinsépalo, ana claudia díaz

$18.000
Envío gratis superando los $250.000
No acumulable con otras promociones

Sinsépalo: lugar del tiempo. Brote neologista de la zona de Anikl (monros nomencladora y dicciónatra -Minha Rosa, lingua franca). Se presenta como flor, sin protección de saberes previos, a la experiencia desnuda del jardín de la lectura, selva del oropiel con y sin prejuicios. Ocurrencia entre el sol y la lumbre, cuerpos celestes con reinhados de especies diferenciables.

Entre mares rosas y leonides, la zona de Anikl y su geografía propia emergen dentro de la voz y de la letra, con la velocidad de quien vacila y, en la duda, se deja poblar por la riqueza abandonada y alucinante de los mundos, que crecen sin pausa en cada pausa, aún en medio de la huida. Ahí, en el micro, el orden pierde los sépalos del imperativo y baila el lápiz con una arañita -o quizás esa hormiga, amiga- que surca mi cuaderno, presurosa abuelita tejedora del punto lobo o la bisagra de una temporalidad espontánea. En el linaje de desviarse y ser constante, tal como la espuma del mar, ruge un felino de viento, y encuentra su trazar el jeroglífico del tiempo.

No hay nada como perderse para llegar, dicen estos poemas. Y viceversa, no hay nada como llegar para perderse. En esa pura fuga, el tiempo es el hábitat, nido para el volar, real. Cada vuelta es imprevisible búsqueda y vida palpitante. Atreverse a cruzar es un universo que, a su vez, también se expande. Aun así, su sustancia es el verbo que hace, del vapor, colmena.

Rom fresco

 

Compartir: