Pornografía, GOMBROWICZ, WITOLD

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La tristeza, la añoranza, la belleza de aquella silueta delgada que
teníamos enfrente, ¿de dónde venían si no del hecho de que no era un hombre?
Porque nosotros le habíamos llevado a Henia, como una mujer a un hombre, pero
él aún no lo era no era un macho. No era un amo. No era un señor. Y no podía
poseer. Nada podía ser suyo, no tenía derecho a nada, era aquel que debe
servir y someterse.

Witold Gombrowicz

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