| 2 cuotas de $14.000 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $28.000 |
| 1 cuota de $28.000 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $28.000 |
| 2 cuotas de $17.035,20 | Total $34.070,40 | |
| 3 cuotas de $11.702,13 | Total $35.106,40 | |
| 6 cuotas de $6.402,20 | Total $38.413,20 | |
| 9 cuotas de $4.593,86 | Total $41.344,80 | |
| 12 cuotas de $3.696 | Total $44.352 | |
| 24 cuotas de $2.637,01 | Total $63.288,40 |
| 3 cuotas de $12.054,93 | Total $36.164,80 | |
| 6 cuotas de $6.617,80 | Total $39.706,80 | |
| 9 cuotas de $4.951,95 | Total $44.567,60 | |
| 12 cuotas de $4.055,56 | Total $48.666,80 |
| 3 cuotas de $12.089,46 | Total $36.268,40 | |
| 6 cuotas de $6.807,73 | Total $40.846,40 |
| 18 cuotas de $2.966,75 | Total $53.401,60 |
| 1 cuota de $28.000 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $28.000 |
Una demostración de la maestría técnica con la que la autora construye sus mundos y los vibrar con asombrosas dosis de drama y de humor.
Tres generaciones de la familia Sullivan, aristócratas venidos a menos, comparten en un gran caserón de la campiña inglesa una vida aparentemente arcádica y encerrada en sí misma. Aparte de las pequeñas discusiones cotidianas, nada turba unas existencias tan poco dramáticas como el amable paisaje que las rodea. Hasta que, con un brusco e irónico viraje narrativo, una pequeña tragedia familiar de inesperado desenlace desencadena unas tensiones que, aun expresadas educadamente, revelan un sorprendente trasfondo de egoísmos y mezquindades.
En el amplio fresco de personajes destacan sobre todo los niños, y en especial el mequetrefe Nevill, un inefable anarquista que apenas si sabe hablar pero que ya es capaz de dar más de una lección a los mayores. Son estos quienes, perdida la inocencia, resultan capaces de las mayores crueldades bajo su apariencia grave y hasta inane.
Delicada como un jarrón de porcelana china, Padres e hijos es una nueva demostración de la maestría técnica de Ivy Compton-Burnett, una autora que se basta y se sobra con el más escueto diálogo, sin alzar ni por un momento la voz, para construir sus mundos y hacerlos vibrar con asombrosas dosis de drama y de humor.
