| 2 cuotas de $22.450 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $44.900 |
| 1 cuota de $44.900 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $44.900 |
| 2 cuotas de $27.317,16 | Total $54.634,32 | |
| 3 cuotas de $18.765,20 | Total $56.295,62 | |
| 6 cuotas de $10.266,38 | Total $61.598,31 | |
| 9 cuotas de $7.366,59 | Total $66.299,34 | |
| 12 cuotas de $5.926,80 | Total $71.121,60 | |
| 24 cuotas de $4.228,64 | Total $101.487,47 |
| 3 cuotas de $19.330,94 | Total $57.992,84 | |
| 6 cuotas de $10.612,11 | Total $63.672,69 | |
| 9 cuotas de $7.940,81 | Total $71.467,33 | |
| 12 cuotas de $6.503,39 | Total $78.040,69 |
| 3 cuotas de $19.386,32 | Total $58.158,97 | |
| 6 cuotas de $10.916,68 | Total $65.500,12 |
| 18 cuotas de $4.757,40 | Total $85.633,28 |
| 1 cuota de $44.900 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $44.900 |
Los lectores de Ricardo Piglia conocen sin duda a Emilio Renzi, escritor y álter ego que aparece y reaparece en sus novelas, en ocasiones fugazmente, en otras con mayor protagonismo. ¿De dónde surge Renzi? De un juego de espejos que arranca del nombre completo del autor: Ricardo Emilio Piglia Renzi. Y ahora lo lleva un paso más allá con estos diarios que publica Piglia y firma Renzi.
Tras una espléndida carrera literaria que incluye novelas y cuentos fundamentales de las letras argentinas contemporáneas y varios volúmenes de ensayos igualmente imprescindibles, el autor vuelve la vista atrás y rescata los diarios escritos a lo largo de más de medio siglo, entre 1957 y 2015, a los que se incorporan también algunos relatos y ensayos directamente vinculados con ellos.
Este monumental proyecto se publicará en tres volúmenes: Años de formación, Los años felices y Un día en la vida, de los que el lector tiene en sus manos el primero, que cubre los años que van de 1957 a 1967 y arranca por tanto con un escritor en ciernes que tiene apenas dieciocho años. «¿Cómo se convierte alguien en escritor –o es convertido en escritor–? No es una vocación, a quién se le ocurre, no es una decisión tampoco, se parece más bien a una manía, un hábito, una adicción, si uno deja de hacerlo se siente peor, pero tener que hacerlo es ridículo, y al final se convierte en un modo de vivir (como cualquier otro).»
Asoman en estas páginas las primeras lecturas –de Los hijos del capitán Grant de Verne a La peste de Camuso El oficio de vivir de Pavese, pasando por Defoe, Sterne, De Quincey, Gogol, Dostoievski, Kafka, Proust, Fitzgerald, Faulkner, Hemingway o Gadda–; asoman los cines y las películas que el joven autor devora –de Bergman, Wilder, Visconti, Wajda y Godard, pero también alguna de James Bond–; asoma una geografía –Adrogué, Mar del Plata, Buenos Aires– y asoma, claro, la vida: los amoríos iniciales; los estudios universitarios; los primeros entusiasmos, las primeras rebeldías y los primeros desengaños; los descubrimientos y deslumbramientos vitales y culturales; las rupturas amorosas y los trabajos de cobro incierto –cuando pasa a ejercer de editor free lance después de que la universidad sea intervenida por los militares–; el mundillo cultural de la Argentina de entonces, con la sombra de los gigantes Borges y Cortázar, y los encuentros con Rodolfo Walsh, Haroldo Conti, Edgardo Cozarinsky, Daniel Moyano y el cineasta Leopoldo Torre Nilsson; la creación de los primeros cuentos y el proyecto de una novela. Todo ello anotado minuciosa, compulsiva, apasionadamente en estos diarios escritos por un maestro de la literatura argentina, o acaso por su álter ego.
