| 2 cuotas de $9.000 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $18.000 |
| 3 cuotas de $6.000 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $18.000 |
| 1 cuota de $18.000 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $18.000 |
| 2 cuotas de $9.000 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $18.000 |
| 3 cuotas de $7.746 | Total $23.238 | |
| 6 cuotas de $4.405,80 | Total $26.434,80 | |
| 9 cuotas de $3.281,20 | Total $29.530,80 | |
| 12 cuotas de $2.734,20 | Total $32.810,40 | |
| 24 cuotas de $2.111,33 | Total $50.671,80 |
| 3 cuotas de $7.749,60 | Total $23.248,80 | |
| 6 cuotas de $4.254,30 | Total $25.525,80 | |
| 9 cuotas de $3.183,40 | Total $28.650,60 | |
| 12 cuotas de $2.607,15 | Total $31.285,80 |
| 3 cuotas de $8.026,20 | Total $24.078,60 | |
| 6 cuotas de $4.765,50 | Total $28.593 |
| 18 cuotas de $2.295,40 | Total $41.317,20 |
| 1 cuota de $18.000 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $18.000 |
El libro del haiku es, ante todo, un libro de poesía, escrito, traducido y anotado por un poeta, Alberto Silva -que es además profesor de la Universidad de Estudios Extranjeros de Kyoro-, con la colaboración de un equipo de rres especialistas japonesas. Fruto de la pasión poética, de la investigación lingüística y de la precisión imaginativa, el volumen reúne nuevas traducciones al castellano de 780 haikus de 105 haijin (‘hombres del haiku’), con sus versiones kanjiy romaji, precedidas de una introducción acogedora y seguidas, en el apéndice, por un sedicioso ensayo crítico decidido a sacar al haiku del museo y volcarlo en las populosas avenidas de la poesía y en sus sendas más humildes y solitarias. ‘Sí queremos de verdad intimar con el haiku, hemos de aceptar que se mude de barrio.
Que emigre, si quiere, de los barrios con revistas de papel satinado y se instale en los suburbios donde impera el cartón, por decirlo de alguna manera. Hemos de aceptar que el haijin incluso abandone las paredes tibias de una casa y se ponga, se exponga, a la cruda intemperie’, propone Silva, abocado a ‘liberar al haiku de las dependencias de nuestra exhibición de rarezas y llevarlo al aire libre’, a devolverle su potencial de poesía, su capacidad de conmover e interesar al lector de nuestro tiempo. Porque tal vez ‘los poetas del haiku fueron aquellos seres, raros y atrayentes, que en las noches sagradas andaban de un lugar a otro, huyendo de la parálisis de sus contemporáneos, renovando la vida por medio de sus versos. ¿Sería éste el legado del haiku japonés a gente como nosotros, ciudadanos perplejos del siglo XXI?’
