Dragones en los márgenes, Javier Nuñez

$25.000

En los mapas antiguos, los márgenes del mundo conocido aparecían ilustrados con bestias extrañas y frases del tipo "Aquí hay dragones". Esta advertencia indicaba que esas regiones inexploradas eran potencialmente hostiles o tan mis-teriosas que la imaginación las poblaba de criaturas fantásticas. Aunque la frase hic sunt dracones solo aparece documen-tada en un mapa del siglo XVI - el globo terráqueo de Hunt-Lenox -, su resonancia se ha expandido como metáfora de los peligros reales o imaginarios que habitan en las zonas inexploradas de cualquier disciplina. En un tiempo en que la geografía del mundo aún era incompleta, los dragones marcaban el fin de lo seguro y el comienzo de lo incierto, recordándonos que el vacío no solo está lleno de posibilidades, sino también de amenazas. Que ahí, en los espacios sin cartografiar, reside lo monstruoso, lo inesperado, lo irreversible. Un lugar que a veces resulta oscuro y peligroso, pero donde cualquier cosa -  el amor, la nostalgia, el perdón - también puede pasar.

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