Cerrado por duelo, Cesar Meichtry

$22.000

Lo que hace con la palabra el que escribe estos cuentos se parece a un trabajo de las manos: transforma la lengua en imágenes vivas, en formas de relieve, en presencias sutiles, y lo hace a la vista de todos, como se hacen los oficios más nobles, sin encantamientos.

En estos relatos cada letra tiene un sentido final en el cuerpo, o sea en la experiencia. No hay adornos porque es imposible disfrazar la verdad cuando se la invoca con tanta soltura.

El autor no nos dice cómo son sus personajes, pero nos muestra un gesto. No nos explica un lugar, pero fabrica un pasaje por donde meternos dentro. No nos cuenta emociones ni sensaciones ni pensamientos: escribe en verbos. Su litera-tura está llena de acciones. Sentimos cosas cuando leemos y es porque el que escribe hace lugar para nosotros.

Estos cuentos escritos en argentino cordobés, son nacidos y criados en nuestro tiempo y en nuestro mundo, cada perso-naje podríamos ser nosotros y eso es liberador y feroz al mismo tiempo.

Hay un dejo no inocente de contra hegemonía en la escritu-ra de Meichtry, que escucha más de lo que inventa, que elige poner la metáfora en lo ordinario en lugar de ponerla en la opulencia. Yo digo que eso es hacer un puente con las palabras, para que lo cruce cualquiera.

Cecilia Griffa

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