El guardián de los cerdos, Sebastián Grimberg
El protagonista de esta novela realiza un viaje a Posadas que no es otra cosa que una huida de la ciudad y de una encrucijada afectiva. Allí, mientras empieza a relacionarse con el medio, se embarca en una investigación sobre Andresito Guacurari para un concurso de ensayos. De esta manera, El Guardián de los cerdos construye su argumento alrededor del tema de la paternidad en el cruce entre el drama personal del protagonista y la vida del personaje histórico Andresito en su vínculo con José Gervasio Artigas.
Una novela que enlaza las violencias familiares con las nacionales, que se adentra en la selva misionera en busca de la verdadera historia de Andresito (Andrés Guacurari, el único caudillo federal de origen indígena) para emerger con más preguntas que respuestas. Muy cerca del paisaje y de la tierra fabulosa de la leyenda, El guardián de los cerdos construye un mundo propio, como de quien mira la propia historia y la de su país desde un abismo de incertidumbre y a la vez de extrañas visiones.
Betina González
Desde que Don Quijote se echara a andar por la manchega llanura, toda novela propone un viaje, no importa si para encontrar a la ballena blanca o para llegar al propio corazón de las tinieblas. La selva misionera es el destino que elige Julio Espaser cuando trepa al Gran Capitán, el tren que lo llevará a Posadas. Va en busca de alguna repuesta para las tantas preguntas que lo acosan. Hábil artesano de la palabra, Sebastián Grimberg construye un relato donde naturalmente se mezclan el amor y el espanto, junto con una fábula, cruzada por el horror y la belleza. Así, por medio de una escritura deslumbrante, sin concesiones, llegamos hasta el final de la historia, fascinados por el viaje que hemos hecho.
Vicente Battista
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