Casi todo es ruido, Laura Rossi

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Hay una hora en punto muerto donde quedan atrapadas imágenes y sonidos, una zona gris que habitamos y nos habita, una ventana –siempre– desde donde Laura Rossi se asoma cada vez y se pregunta ¿qué creo que voy a ver?

El asombro y la fragilidad del mundo aparecen en “Casi todo es ruido” como modos de la penumbra: la lluvia, la ropa tendida, el zumbido de una mosca o la inquietud vegetal son hallazgos que solo el insomnio (ese pariente lejano al que nadie/ ha invitado) permite. De a ratos un motor amenaza con quebrar el espejismo –dice la poeta– pero no/ son los ojos eléctricos de la noche, su fulgor.

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