Poemas para fomentar el turismo, Mara Pastor

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Poemas para fomentar el turismo son poemas para fomentar la abierta manera contemporánea de hacer poesía, desde el riesgo, lo abarcador, la sintaxis alterada (dado que la realidad ha sido alterada), la síntesis: Mara Pastor consigue, desde la concisión, sondear circunscribiendo módulos complejos y diversos de realidad, sin traicionar lo que interesa, que es el lenguaje, y la capacidad de expresar making it new (que recomendara Pound) una totalidad: cotidiana, política, social, latinoamericana y universal, con los coquíes de su país natal, y los fundamentos vivos de sus periplos varios. Mara Pastor alude, expone y no impone (que dicen dijo Celan) y al exponer se nos impone, de refilón, como voz nueva, joven por cierto, pero auguro, voz para siempre. Por un lado dice colmena como una metáfora en desuso y por otro, muestra de que colmena no es metáfora en desuso, revitaliza la colmena, y el lenguaje, al decir de una escritura sobre abejicidios. Leed por tanto a Mara Pastor: su ojo fluctuante y en el fondo tranquilo, que nos lleva de lo cercano a lo trascendente, quizás a lo irreal. 

José Kozer 

Los estudiantes

Los estudiantes saben
de arañas en la luna pero alegan
que es mejor saber si pasan hambre
por culpa de los zares muertos
que cantaban con la boca llena.
Fue Gioconda quien se hizo los bigotes.
No hay gerundios cuando se está en guerra
ni te sangra la nariz en el amazonas.
Un mandala es un apóstol de la forma.
Flaubert pensó en los mayas cuando fue a Egipto.
No hay ilustrador que haya hecho a Cide Hamete.
Lo importante es que Goliat era un gigante,
la filosofía un holograma de la historia
y una churuata yekuana es una bóveda al cielo.
Irnos, irnos, irnos desde entonces.
Todos dirán que las estudiantes
sabían de la historia su lápiz roto
hablándole sin devociones
con la infidelidad frágil al evento.
-Así iban con mezclilla y pancarta
como que estamos a comienzos de siglo-
Tenían todo por lo que molestarse
molestándolos de esa manera
sobre todo por lo inconfesable:
a qué tanta manía policíaca
¡tanta crueldad en el vacío más negro!

Nodriza de jaguar.
Cuicuizcatl es golondrina en náhuatl.
En San Juan Chamula el tiempo se derrite en la Coca Cola.
Hay poemas antiácido como hay antipoemas.
La verdad es un número primo,
corazón de los manifestantes,
árbol genealógico de las Venus de Willendorf,
las maestras leñateras de San Cristóbal,
las moradas según Santa Teresa,
la correspondencia entre anónimos,
el heterónimo de los heterónimos.
El Estado nos remata en la ciencia
y una familia alternativa no existe en el censo.
¿Por dónde anda el insecto de tu nombre?
El mínimo común múltiplo es una semilla sin
alteraciones genéticas ni contratos de Monsanto.
Mamada luz que origina discursos vacuos.
El om es todo el origen que se necesita.
Mi pez beta llegó enfermo de un tianguis.
Assenge va en uno de los jets del Apocalipsis.
Los monitores son el colmo de Eco.
El fin del mundo fue antes de los trenes.
Sinapsis del lenguaje para los pizarrones del futuro.
Tacha las palabras en boca de las corporaciones.

Nos sentaron en la mentira de las cosas
que resultó un asiento muy incómodo
del que nos paramos con contestaciones
leídas a espaldas de maestros de creación literaria
y con poemas de Parra en la Biblioteca Lázaro
en donde hicieron un huerto los estudiantes en huelga
con insectos que polinizaban otros pupitres,
flores de tubérculos que heredamos de los esclavos.
El gobernador dijo frases ridículas sobre la universidad.
Calle 13 leyó Flor de Ciruelo y el viento y lo anunció en su twitter.
Para mí la poesía nunca deja de comenzar
y me atravesaron versos de José María Lima el corazón las horas
y es que los poetas matemáticos saben bien
“como relacionar el marxismo con el cálculo integral”
¿Será esa una verdad ontológica como murciélagos
que intercambian saluditos pesados,
perturbando la calma del universo?
Ese es nuestro mundo lleno de huelgas,
de rebeliones y multitudes clamando el quiebre
que evitan las nalgas de los empresarios de la ONU
y sus redes de esclavas sexuales en Bosnia.
Como en el poema épico del Bhagavad Gita,
Arjuna comprende que enfrentarse a lo que ama
es un deber ético para llegar a la justicia.
Comí bagels con Lydia Cacho en un pueblo del Midwest.
Su mirada era toda presente:
He ahí algunas esperanzas para las estudiantes
que caminamos a altas horas de la noche por un campus
con temor a que nos secuestre el taxista o nos viole un futbolista
que nos explote el gas lacrimógeno de los abuelos
que nos separa para siempre un vagón de los hombres
el miedo, el miedo, el miedo que encaramos
diciendo la verdad de la mentira.

El inconforme comprenderá
que la justicia es un ángel feroz
que cepilla palabras a contrapelo:
¿determinar la bajeza de una fuga radioactiva?
¿desprogramar la extinción de las especies?
¿demostrar que es irracional no hablar de desaparecidos?
¿aprender de memoria los Antipoemas de Nicanor Parra?
Déjense de excusas con nosotros
no hay que dirimir ninguna crisis
para aprender a escribir los nacimientos
y a continuación los poemas de lucha
(con las emisiones de CO2 de Obama)
en una bancarrota digna de un imperio opresor.

Y mientras tanto ocupar.
Y mientras tanto ocupar.
La juventud se quitó las alas
con una suavidad insospechada.

Mara Pastor nació en San Juan, Puerto Rico, en 1980. Publicó los poemarios Alabalacera (Terranova, San Juan, 2005), Candada por error (Atarraya Car-tonera, San Juan, 2009), Poemas para fomentar el turismo (Secta de los perros, San Juan, 2011; Neutrinos, Rosario, 2016), Children of Another Hour (Argos Books, New York, 2014, con traducciones de Noel Black), Arcadian Boutique (Punto de partida, México, 2015) y Sal de magnesio (Astrolabio, México, 2015; Secta de los perros, San Juan, 2015). Se ha desempeñado como editora en varias publicaciones, entre ellas la antología Vientos Alisios: poesía puertorriqueña contemporánea para la revista mexicana Punto de Partida. Actualmente reside en Ponce, Puerto Rico.

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