Kozmic Tango, Beatriz Vignoli

$3.000

Es el vacío central de nuestro vecindario, es más que su pulmón: es nuestro corazón, que late sin cesar de encarnar la utopía realizada contra toda evidencia de decadencia de presente. Ahora que un miedo irracional nos retira del espacio público y nos encierra cada vez más en nuestras casas, la plaza, a pesar de toda nuestra agorafobia (de nuestro literal terror del ágora), se yergue luminosa con su fresco traje verde y las joyas sonoras de sus pájaros. Canto la plaza pese a mi cobardía, la veo en mi ventana y me saluda, a toda hora, con el siseo de seda de su fronda y las aves. Plena en su límpido cielo de verano, está ahí y, a diferencia de todo lo demás, ella sí es quien sería: el paraíso recobrado, 

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