esta mano podría condenar a marat, álvaro ojeda

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TEMPORADA EN EL MUNDO

 

                                         toda clepsidra es breve para medir mi tiempo

                                                                                       Beltrán Martínez

 

         I

Se ha figurado entonces en este cauce seco
otra historia posible en la piedra del verbo,
la luna conjugada, su faz terca de ruedas
en la vacía frente, en la vieja memoria
relame brizna oculta, osario tumultuoso,
deán de capillita y ventura pequeña

No alcanza con desearla,
un remilgo de seda no juega con la cueva facsimilar
       de Dios,
con ese viento heroico, contenido de juicios
doblando los pedazos, los escasos fragmentos,
la ranura obstruida en el salón de embarque

No es posible obtenerla,
no es deseable su mano y su oscura tirada
en el fondo narciso de un espacio de letras,
no es maniobrable el barco, naturaleza fina
que afronta sus tres proas en su lupa de olvido
Es muy cruel la noche,
sevicia del eterno transcurrido esqueleto
en la visión que atrapa su berlina de nubes;
no sería prudente alojar tanto musgo.

 

 

         II

Su quieta lentitud el cielo criba
en forma monótona de hueco,
en vacía iluminación,
la soberbia del juego
está en su infinitud,
la porción que veremos será repartida
en la previa sesión de alguna sombra,
pero no habrá en sus actas un nuevo
paisaje,
no habrá más,
no habrá con esfuerzo o si en él otra mirada,
volverán a verse los siameses en la sala oscura
donde sus líneas juegan a leerse incoloras,
volverán los hijos de la cuadra al anochecer
con su centuria de voces engrilladas al sur,
pero no estaré,
definitivamente no estaré jugando con el príncipe
a quien conozco en sueño impropio.

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